Dear St. Raphael,
With much gratitude to Fr. Peter Murray, S.J., I share the news that our Jesuit superiors have let us know his dedicated service to St. Raphael will conclude on August 1. Fr. Peter will be moving to NY to begin his next mission, as Associate Pastor at St. Anthony’s Church on September 1. At this time, our Jesuit province has no plans to assign a fourth Jesuit to St. Raphael when Fr. Peter leaves, so we will be adjusting to having three priests on staff.
During his time at St. Raphael, Fr. Peter has been an integral member of our Priest Team, celebrating the sacraments, preaching, and providing spiritual direction and guidance for parishioners and others in the Raleigh community. He served as a member of the local interfaith clergy group and provided guidance and mentorship for spiritual care leaders and clinical pastoral education students at Duke-Raleigh Hospital as a member of the hospital’s pastoral advisory group. He continued his calling to serve the sick and infirm, making it a priority to visit parishioners who were patients at Duke-Raleigh Hospital, those living in local nursing homes, and those who were sick at home. And, he even managed to publish a book of personal and social poetry!
It’s been a privilege for me to work with Fr. Peter at St. Raphael and to share community life together as Jesuits these past four years. I’m sad to see him leave but excited for the many opportunities his next assignment will bring. Please join me in thanking Fr. Peter for his generous and heartfelt service to St. Raphael as a parochial vicar and in wishing him well in his new mission! Please see below for a message from Fr. Peter himself.
Please know of my continued love and prayers for you all. I miss you, and I look forward to seeing you in person again, as soon as we’re ready to do so while also keeping everyone safe. Please pray for me too!
St. Raphael the Healer... pray for us.
Fr. Phil Hurley, S.J.
Pastor
Querida comunidad de San Rafael,
Con mucha gratitud al Padre Pedro Murray, S.J., comparto la noticia que nuestros superiores Jesuitas nos han hecho saber que su dedicado servicio a San Rafael concluirá el 1 de agosto. El Padre Pedro se mudará a Nueva York para comenzar su próxima misión, como Pastor Asociado en la Parroquia de San Antonio el 1 de septiembre. En este momento, nuestra provincia Jesuita no tiene planes de asignar un cuarto jesuita a San Rafael cuando el Padre Pedro ya no esté, así que nos adaptaremos a tener tres sacerdotes.
Durante su tiempo en San Rafael, el Padre Pedro ha sido un miembro integral de nuestro equipo de sacerdotes, celebrando los sacramentos, predicando y brindando dirección y orientación espiritual para los feligreses y otros miembros de la comunidad de Raleigh. Se desempeñó como miembro del grupo local de clérigos interreligioso y brindó orientación y tutoría a los líderes de cuidado espiritual y estudiantes de educación pastoral clínica en el hospital Duke-Raleigh, como miembro del grupo de asesoramiento pastoral del hospital. Continuó su llamado para atender a los enfermos y débiles, por lo que es una prioridad visitar a los feligreses que eran pacientes en el hospital Duke-Raleigh, los que viven en asilos de ancianos locales y los que estaban enfermos en el hogar. ¡Y hasta logró publicar un libro de poesía personal y social!
Para mí ha sido un privilegio trabajar con el Padre Pedro en San Rafael y compartir la vida comunitaria juntos como jesuitas en los últimos cuatro años. Me entristece verlo partir, pero estoy emocionado por las muchas oportunidades que llevará a su próxima asignación. ¡Únase a mí para agradecer al Padre Pedro por su generoso y sincero servicio a San Rafael como vicario parroquial y desearle lo mejor en su nueva misión!
Vea a continuación un mensaje del Padre Pedro.
En oración,
Padre Felipe Hurley, SJ
Párroco
Mensaje del Padre Pedro
Querida comunidad de San Rafael,
Mientras me preparo para dejar esta hermosa parroquia de San Rafael a principios de agosto, ¡sé que los extrañaré! Realmente, es una simple verdad. Estos cuatro años han sido maravillosos, llenos de gracia, activos y apostólicamente vigorosos para mí, y nunca tuve una parroquia donde me sintiera más en casa. Extrañaré a los muchos amigos que me dieron amor y apoyo, me levantaron cuando estaba caído, rezaron por mí y, a menudo, me invitaron a comer, me llevaron a conciertos u obras de teatro y me dieron palabras de aliento. ¡La lista de razones por las que estoy agradecido y triste de irme podría continuar durante una hora! Dios les bendiga! Y si está en el estado de Nueva York en los próximos meses, ¡piense en mí o llámame por teléfono!
En oración,
Padre Pedro