Este otoño tenemos tres oportunidades para solidarizarnos con algunos de los niños más vulnerables de nuestra comunidad. Nuestro llamado católico es claro; mostrar amor y cuidado por las 'viudas y huérfanos', básicamente las familias en crisis. Si bien hemos sido, y seguimos siendo, muy generosos al compartir nuestras bendiciones materiales, buscaremos más profundamente las formas en que podemos afectar el cambio, comprender los problemas de justicia más amplios y descubrir cómo podemos caminar con dignidad con nuestros hermanos y hermanas necesitados. Busque recursos, artículos, estudios y eventos que le ayuden a discernir cómo podría ser llamado a la acción. Aquí hay un "aviso" sobre tres acciones concretas que podría tomar este otoño: