EL ORIGEN DE LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI ORÍGENES DE ESTA FIESTA Fue en el siglo XIII, y en una época en que los fieles habían perdido la práctica de la comunión frecuente, limitándose a ir a la Misa y seguir las devociones acostumbradas. Por entonces se había desarrollado en la Iglesia una gran devoción eucarística al margen de la participación activa y consciente en la Misa, por lo que fácilmente caló en el ánimo del clero y de los fieles, lo que surgió de una supuesta visión tenida por la priora de un monasterio que se encontraba junto a Lieja, hoy perteneciente a Bélgica, la Beata Juliana de Retine. Fue, pues, el Obispo de Lieja, en 1246, quien introdujo la celebración en su Diócesis, fijándola para el Jueves después de la Octava de Pentecostés, día en que ha permanecido hasta hoy en un gran número de países, aunque haya ya desaparecido la Octava. En los Estados Unidos y otras naciones la fiesta se trasladó al siguiente Domingo.
LA FIESTA SE EXPANDE AL MUNDO En 1261, el Obispo de Lieja le pidió al papa Urbano IV que la fiesta del Corpus Christi, que ya se celebraba en su ciudad, fuese extendida a la Cristiandad. Parece ser que el nuevo Papa no se decidió de inmediato, pero ocurrió algo que lo impulsó a acceder. En 1263, mientras se encontraba en Orvieto, una ciudad de Italia, le narraron al Papa un milagro acaecido en la vecina ciudad de Bolsena, mientras un sacerdote visitante, que por lo visto tenía dudas sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía, celebraba la Santa Misa.
Después de la consagración, la hostia se transformó en carne y comenzó a chorrear sangre, la que empapó el corporal (que es el paño que se extiende sobre el mantel que cubre el altar, para poner sobre él las especies eucarísticas) y llegó hasta caer al suelo. El Papa pidió que le fuera llevado a Orvieto el corporal manchado de sangre, lo que se hizo con mucha solemnidad el 19 de Junio de 1264.
DECRETO PONTIFICIO Este hecho, por lo visto, fue lo que sirvió a Urbano IV para vencer toda duda sobre la conveniencia de instaurar la fiesta del Corpus Christi en toda la Iglesia el 11 de Agosto de 1264.
Dos meses después fallecía Urbano IV, sin que hubiera habido tiempo para que su decisión alcanzara a toda la Iglesia, por lo que en muchas partes nada se hizo al respecto. Tuvieron que pasar cincuenta años para que otro Papa, Clemente V, ratificara lo hecho por Urbano IV. Esto fue en 1312, y desde entonces la fiesta del Corpus fue tomando auge en el mundo cristiano.
LA PROCESIÓN EUCARÍSTICA Poco a poco la procesión se convirtió en el distintivo principal de la fiesta, haciéndose con gran solemnidad, por las principales calles de las ciudades, y deteniéndose numerosas veces para bendecir a diversos grupos de personas y hasta los campos y los sembrados.
ACTUALIDAD DE ESTA FIESTA Pese a las reformas introducidas después del Concilio Vaticano II, la fiesta del Corpus se ha mantenido, aunque poniendo igual énfasis en ambas especies: la del pan y la del vino. Por eso ahora se llama del "Cuerpo y de la Sangre de Cristo".
Que esta fiesta sea, pues, un renovar nuestro amor a Cristo, que quiso ser alimento para la vida divina que nos dio en el Bautismo.